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¡Jálalo que es pargo! Agua potable en los hogares ¡ya! | Por Jacko Badillo

Una de las grandes paradojas que vive Acapulco es que se sufre de escasez de agua potable en los hogares, siendo que tenemos no solamente la inmensidad del mar, sino que estamos también rodeados de ríos, lagunas, arroyos, manantiales, incluso lugares en donde excavando escasos metros brota el líquido a través de los llamados pozos artesianos.

De hecho, dejando de lado el tema de la pandemia, es la del agua, junto con la seguridad, de las demandas más sentidas de los acapulqueños durante varias décadas, a la cual gobiernos municipales van y vienen y no se le ha podido o querido dar solución, aún cuando muchas veces se ha enrbolado el tema como bandera de campaña política.

Más allá de la voluntad para resolver el problema del vital líquido, tal parece que uno de los principales factores de que la falta de agua persista es que quienes han estado al frente del organismo paramunicipal CAPAMA no saben cómo enfrentar al reto, llegan y de repente se encuentran con un monstruo de más de cien cabezas, los invade el pánico y terminan por llevársela "de a muertito", dejar que pase el tiempo mientras que los problemas que encontraron se agravan, y luego se van, con las bolsas repletas de dinero, pero dejando más problemas de los que heredaron.

Y no es que se trate de una misión imposible, simplemente hay que saber cómo hacerlo, y para eso se requiere preparación académica, capacidad de tomar decisiones y experiencia. En ese sentido, haber concluido (y lo menciono con mucha humildad) nuestro doctorado en Ciencia Política y Administración Pública, nos permite tener una visión muy clara de cómo enfrentar ese tipo de retos, sumándole a ello el valor de la honestidad y el rechazo a la corrupción.

Es decir, agua hay suficiente, el problema es saber cómo eficientar la red de distribución domiciliaria, mantener las fuentes de captación y la líneas de conducción, y sobre todo someter la administración a un saneamiento total, sin miramientos, para que los ciudadanos finalmente paguen solamente lo que consumen, dando un borrón a esos viejos adeudos que con justa razón se acumularon, pues la gente no va a pagar por un servicio que no recibió, así de fácil.

Nos da gusto que algunos diputados y otros personajes de la política estén retomando nuestras propuestas, lo que nos extraña es que estando donde están no hagan nada, cuando el pueblo lo que requiere es más acción y menos palabrería, gobiernos que den resultados a la brevedad, sin tanta publicidad de sus ideas en traseros de camiones, anuncios espectaculares o saturando las redes sociales.

Se trata de llegar y poner manos a la obra. ¿Se puede lograr? ¡Claro, por supuesto! Yo estoy plenamente convencido de que Acapulco lo va a lograr.

Mientras tanto... ¡Jálalo que es pargo!