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Atoyac de Álvarez, el dulce y el amargo adiós del buen Dámaso Pérez.


Atoyac de Álvarez, Guerrero.- ¿Un municipio se gobierna con sangre fría o con el corazón?, esa pregunta revolotea en lo profundo de algunas mentes atoyaquenses ya hace algunas semanas ante la inminente alternancia en el poder municipal que ostentó Dámaso Pérez Organes, alcalde de extracción priista, quien se caracterizo por intentar hacer un gobierno de corazón abierto, el cual hoy alternará hacia lo que será el gobierno perredista que habrá de encabezar la maestra Yanelly Hernandez Martinez, de la cual se tienen muy buenas expectativas.

Ante los embates mediáticos de varios periodistas independientes, así como de corresponsales de prestigiosos medios de comunicación escritos y digitales, excolaboradores municipales e incluso personal de confianza que fue afectado con el recorte de personal ejecutado por la actual administración priista en aras de mantener unas finanzas sanas y cumplir cabalmente con el pago de la nomina a los afortunados colaboradores que aún prestan sus servicios a la comuna cafetalera, se ha puesto de manifiesto que quizá, gobernar con un corazón noble y bonachón no fue la mejor decisión del ticuiseño.

Tras dos años de favorecer con empleo a los sectores antes mencionados quedó de manifiesto que esta acción de buena fe del alcalde no fue suficiente y posiblemente para ningún alcalde en el futuro lo será (tomen nota), puesto que hoy, al verse truncado el ingreso económico que representaba la adscripción a la nomina municipal, se ha roto la linea de respeto, de tolerancia e incluso, la delgada pero filosa linea que separa la política de una relación de amistad, donde no debemos dejar de preguntar, ¿quién fue el responsable de esto?, ¿el o ellos?.

Amargo y dulce adiós se vislumbra para Dámaso Pérez Organes, y digo amargo por que no fue en el pecado donde llevo la penitencia, sino en la buena fe, y digo dulce por que en una profunda marejada de descalificaciones, tuvo el ticuiseño la oportunidad de reconocer el valor de personas como el Ingeniero Federico Lorenzana Arzeta, quien a primeros días de Septiembre presentó su renuncia voluntaria, acto que a juicio de cientos de atoyaquenses debió hacer eco en el personal de confianza de primera linea, pero no sucedió, nadie suelta la flaca chiche del ayuntamiento (en su sano juicio) por lo visto.

Muerto el rey, viva la reina, Dámaso se va y Yanelly habrá de llegar, consciente creo yo de que gobernar con sangre fría no es una opción, pero gobernar con el corazón es peligroso, más cuando el corazón es grande y noble, en un ayuntamiento con una hostilidad aún más grande y donde los corazones nobles como el del Ingeniero Federico Lorenzana brillan, pero por su ausencia.

¿Y el dulce adiós?
¡Saludos a los regidores, felicidades por el bono!

Información: Guerrero Radio
Foto: De Archivo